Como miembros de la Asociación Psicoanalítica de Santiago, APSAN, estamos profundamente conmovidos por los sucesos acaecidos en nuestra sociedad estos últimos días. Lo que ocurrió es responsabilidad de todos, y como un pequeño grupo de chilenos queremos, desde nuestro quehacer diario en el que estamos en contacto con distintas dimensiones del dolor que aqueja a nuestro país, sumarnos al coro de voces ciudadanas para que nuestras autoridades escuchen: hay una urgencia imperiosa de dar respuesta al clamor de los más necesitados.
Para nosotros el dolor tiene rostro particular en nuestro día a día, el de cada uno de nuestros consultantes, a quienes les debemos nuestra afección y empatía pero no es suficiente, también al dolor colectivo hay que darle acogida, este dolor colectivo que tiene múltiples rostros: es el niño/a del Sename, es el adulto/a del asilo o aquel que pone en peligro su casa por no poder pagar contribuciones; es la persona desempleada que se hunde; el enfermo que no puede acceder a un centro de atención o a un tratamiento demasiado costoso; el adolescente que intenta suicidarse y tantos otros. Todos ellos nos pidieron muchas veces ayuda y de distintas maneras, se debió llegar a expresiones extremas para conseguir ser vistos y oídos, para que renunciemos a la comodidad del silencio cómplice de la indolencia ante el sufrimiento de nuestros compatriotas.
Es a este dolor colectivo al que hay que dar respuesta con políticas públicas que nos comprometan con fuerza, a sumarnos a un nuevo acuerdo social para reducir la inequidad brutal que ha conducido a una precarización vergonzosa de lo que todos consideramos derechos irrenunciables, a organizar un nuevo pacto de convivencia más solidario y justo.
Sabemos que reparar el lazo social que nos une como comunidad no es fácil, ha sido descuidado por décadas, los esfuerzos debieran ir en tomar medidas concretas para detener la violencia ahora (que por supuesto también rechazamos con fuerza) y para recobrar, más temprano que tarde, la confianza en nuestras instituciones, en nuestros gobernantes, en nuestros políticos, en el otro. La confianza perdida, por parte de muchos, en la naturaleza humana que es el cemento que crea el tejido social para construir un "Nosotros los Chilenos".
Fuera de sumarnos a través de esta carta al coro de otras voces de chilenos, expresamos nuestra disposición a participar desde nuestra perspectiva profesional en lo que resulte necesario.
Santiago, 20 de Octubre de 2019
APSAN.
