El día Jueves 24 agosto se realizó el "Encuentro conmemorativo Chile y los Psicoanalistas: 50 años del golpe de estado". En el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos se reunieron los psicoanalistas chilenos de distintos grupos e Instituciones para abrir un espacio de reflexión y conversación en relación con el golpe de estado de 1973 y las violaciones a los derechos humanos ejercidas en el golpe y durante la dictadura militar. En el encuentro se habló sobre la tendencia de los psicoanalistas a aislarse, a no implicarse en asuntos sociales y político y a la poca relación que suele darse entre los diferentes grupos y las instituciones. Representantes de la Asociación Psicoanalítica Chilena (APCH) y de otras asociaciones junto recordaron e hicieron un reconocimiento a su colega Gabriel Castillo detenido y desaparecido a sus 35 años el 5 de agosto de 1976. Es un acuerdo transversal entre las y los psicoanalistas la necesidad de toda víctima de violencia de recibir el reconocimiento y validación de dicha experiencia para comenzar un proceso de reparación y elaboración. En esta misma línea, se habló de la importancia de contar con otro ser humano que ocupe el lugar de un "tercero vivo" que logre imaginar y sintonizar emocionalmente con la experiencia que por su exceso la mayoría de las veces no pudo ponerse en palabras. Si los otros y la sociedad en su conjunto, sobre todo cuando la violencia proviene del Estado, no reconocen y validan el hecho traumático, ésta queda aislada en la mente y retorna una y otra vez en forma de angustia o síntomas corporales. La transmisión de lo traumático a través de las generaciones y los efectos de las violaciones a los derechos humanos sobre los hijos y nietos de las víctimas de la dictadura militar también fue un tema que atravesó la discusión entre los psicoanalistas.
Las Instituciones y grupos de psicoanalistas chilenos acordaron la necesidad de ofrecer espacios de conversación para abrir las resistencias y desarticular el mecanismo de defensa de la negación del trauma producido por la violencia de la dictadura. Reconocieron la necesidad de involucrarse colectivamente formando un cuerpo de psicoanalistas y no seguir funcionando de manera aislada. Se propuso hacer en un futuro cercano un congreso nacional de psicoanalistas con el objetivo de fortalecer la discusión y los vínculos entre los grupos y asociaciones psicoanalíticas. Fue unánime el espíritu que considera la existencia de psicoanálisis diversos y no la idea de que existe una sola forma de ejercer y pensar el psicoanálisis, junto con fomentar el dialogo e intercambio con otras disciplinas para así enriquecerse y prevenir posiciones soberbias producto del aislamiento.
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