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Las Posibilidades de la Incertidumbre

¿Qué se puede decir entrando a un nuevo año que no haya sido dicho en tantos Eneros anteriores?

¿Qué distinguirá al 2023 de tantos otros años anteriores y venideros? Creo que la única respuesta honesta es que no tenemos idea.

Este año tendremos, si Dios quiere, (como diría mi madre), un segundo intento de armar un consejo constitucional, que redactará una nueva Carta Fundamental para lograr la tan deseada “casa de todos”. ¿Será un texto que responda a las demandas sociales? ¿Alguien recuerda cuáles exactamente eran esas demandas?


El texto será escrito sobre el borrador de una propuesta elaborada por un consejo de expertos que no estamos tan seguros cuan idóneos y quienes serán Los propondrán justamente los que la ciudadanía pidió que no estuvieran involucrados en este proceso – los políticos – pero parece que, sin su sabiduría para designar a los mentados expertos, nos vamos directo al despeñadero. La verdad es que, en realidad, no tenemos idea.

Este año se cumplen 50 años del golpe militar que dio inicio a una de las dictaduras más cruentas de América Latina - de acuerdo a las distintas Comisiones de Verdad, la cifra total de víctimas oficiales es de 40 mil 175 personas, incluyendo ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura.

Fueron diecisiete años con el Congreso clausurado, diecisiete años sin derecho a votar. Pasadas cinco décadas de esa fatídica mañana de 11 de septiembre, ¿seremos capaces de asegurarle a nuestros hijos y nietos que nunca más?

¿Habremos como sociedad aprendido que hay derechos que no se transan y que es esencial cuidar la democracia? Nuevamente, no tenemos idea.


En un mismo año, recordaremos el trágico y prolongado fin de la democracia y soñaremos con el acto democrático más profundo imaginable: escribir, “entre todes” una nueva Constitución. Cómo transcurrirán ambos eventos, no tenemos idea.

No tener idea tiene varias caras – la posibilidad que las cosas salgan muy distintas a lo deseado, que salga todo mal, que no nos importe y también que ocurra la sorpresa, lo no imaginado, lo que no había podido ser pensado. Solemos querer salir del estado de no saber lo más rápido posible, pero la incertidumbre tiene su potencialidad y los psicoanalistas tenemos experiencia trabajando con ese elusivo objeto de lo no sabido - el inconsciente.

Jung habló del inconsciente colectivo, pero me pregunto ¿dónde ir a explorar lo inconsciente del colectivo?

En medio de la gran crisis de salud mental en la que estamos, nuestro oficio tiene mucho que decir y, sobre todo, hacer. Con el retorno a la presencialidad, hemos recuperado la posibilidad de estar radicalmente presentes con nuestros pacientes y sabemos cómo la relación con el otro en el presente, tiene el potencial de reescribir nuestros pasados y definir nuestros futuros.

Se podría decir, entonces, que este año nos presenta la posibilidad de recordar nuestra historia, de manera individual y colectiva, con algo más de distancia. Repensar para, quizás ser capaces de reelaborar y, así, ojalá, reparar. ¿Seremos capaces? Ni idea.








María José Mezzera

Psicoanalista APSAN/IARPP


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