Película dirigida por Adam Mckay
Hemos estado acostumbrados a vivir en un mundo que lo percibimos de continuo progreso. Después de grandes crisis y guerras y con un ascendente poder político que ha puesto la economía, la adquisición de poder “de cosas y más cosas” como el alfa y omega de los estados. Ya Freud nos advierte en el malestar de la cultura que lidiamos con una continua falla entre el acoger a lo más humano del hombre - la búsqueda del placer- y evitar el dolor, habitando entre otros con sus exigencias emergentes y la incertidumbre que siempre está presente.
Digerir el cambio incierto en direcciones tan diversas nos lleva a algunos como a mi modo de ver magistralmente se muestra en el satírico film de “don´t look up” (no mires hacia arriba) con actores de reparto “tan consumidos” como Leonardo di Caprio y Meryl Streep. Expone como negar y seguir consumiendo, ya adictos a un placer fácil de corto alcance con mecanismos dopaminérgicos ya acostumbrados al shot y no precisamente de un smoothy de antioxidantes; más bien al shot variopinto de placer rápido. Alcohol, drogas de diseño, comidas de diverso orden que se ingieren sin necesidad de nutrición de ningún tipo, agregándose las redes sociales y sus múltiples y sutiles likes que ya están siendo el primer puesto en las adiciones de los tiempos que corren.
En fin, un shot continuo dopaminérgico que consume el tiempo y no nos lleva a ningún espaciamiento en donde pueda surgir un pensar reflexivo que ayude a parar el meteorito que hemos construido sin saber nada de nuestra propia autodestrucción. ¿Pulsión de muerte no ligada diría Freud? ¿La maldad o lo siniestro intrínseco del ser humano que ha marcado radioactivamente nuestra cultura por no saber cómo reparar (Campbell)?
Nunca hemos tenido tantos adelantos tecnológicos e instrumentos a la mano. Revolución en inteligencia artificial, biotecnología, instrumental nuclear y ¿estamos pesimistas? será porque hemos visto que no somos capaces de utilizarlos correctamente. Las herramientas como el cuchillo tienen su doble cara, con el cuchillo puedes matar o puedes cortar el pan o, las dos a la vez .
Nos toca transformar lo que inconsciente y conscientemente hemos creado, una cultura de excesos y peligrosa para nuestro ecosistema, lo cual no ha estado previsto.
La crisis de la identidad mal entendida está empezando a migrar a la necesidad que tenemos de ir viendo que vamos construyéndonos en contextos , en vínculos en culturas que nos crean y las creamos. El yo soy y yo tengo y yo deseo ha eclipsado el ir siendo otros entre otros hacia el sentido del bien común y de nuestro nicho ecológico.
Intentar salir de la esclavitud del narcisismo del yo deseo, yo tengo, yo soy e ir siendo con otros en la necesidad de un bien común que apremia más que nunca es tarea difícil . ¿de los super hombres diría Nietzsche? y/o ¿de los anti frágiles de Tarub que además de resilientes se transforman ?
¿Cuál es la solución? En el film Don,t look up parece ser la vuelta a los vínculos de afecto de cuidarnos y unirnos en un bien común. Maturana diría cuidar y amar nuestro nicho ecológico. Freud tal vez agregaría una cultura donde el trabajo, el amor y la sublimación tengan lugar.
Estamos en momentos donde pueden acontecer nuevas formas de convivir como humanos, en nuestra cultura y en nuestra práctica psicoanalítica .
El lenguaje y nuestras palabras saturadas de representaciones muchas veces coaguladas de significados demasiado propios nos llevan fácilmente a no entendernos. El arte , el cine, la música, la poesía pueden ser más “arribantes” de una mejor comprensión. Como canta Mercedez Soza:
"Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo pensar
Cambia todo en este mundo (….)"
Ps. Antonia Staforelli
Psicoanalista APSAN
Comentarios