top of page

Psicoanálisis está en duelo

Janine, querida Janine…

Un vínculo con presencias y ausencias…

Fue un privilegio conocerla como  profesora, supervisora, y  por que no decirlo, como consejera en momentos  difíciles. Fue una gran maestra  que se comprometió en su que hacer profesional  con energía, vivacidad y un despliegue de pensamiento lúcido y original.

Había algo que ella aportaba a la mirada de un caso, ya sea familiar, pareja o individual, que no dejaba indiferente. Su pensamiento del psicoanálisis -y más allá de éste- es y será un aporte que vino,  como ella decía, para quedarse. Ayudó a muchos  de los que pensábamos el psicoanálisis de manera diferente a sentirnos saliendo de los extramuros e ingresando a un pensar ampliado incluyente y diverso, donde ella era una maestra para moverse. Este modelo de psicoanálisus ampliado, que incluía la ciencia, la filosofía, el arte y la política, no tenia límites para ella. Sus  enseñanzas, al mismo tiempo que revolucionarias y a veces como ella decía “profanadoras”, en el sentido que sacaban de lo sagrado conceptos y creencias psicoanalíticas muy arraigadas institucionalmente, eran desestabilizadoras en un comienzo.

Todos los que veníamos de una  formación clásica teníamos la sensación de salir mareados, con el piso en movimiento. Cuando ella se daba cuenta decía con una sonrisa  "hay que acostumbrarse a  moverse en arenas movedizas, así es la vida…".

Son tantas palabras y anécdotas que han dejado marca en mí, y en muchos,  que su olvido será una tarea difícil. Su partida es una pena muy grande pero también una invitación a seguir pensando su obra.

Le agradezco todo lo que me enseñó, como a muchos  del psicoanálisis, y especialmente agradezco su manera libre y fresca de ver la vida.

Hasta siempre querida Janine.

Antonia Staforelli

75 visualizaciones0 comentarios
bottom of page