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¿Antisionismo o Antisemitismo?

Actualizado: 5 ene

Israel: "Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" 


"I Have a Dream" (M.L. King)

La frase con la que muchos judíos reafirmaban su necesidad de refugio al crear un estado sólo para judíos es la esencia del Sionismo y del actual Estado de Israel. Si uno critica al Sionismo por anular la existencia de una población nativa afirmando que en esa tierra no existía nadie, es decir que los palestinos no eran nadie o no contaban como personas, es acusado de Antisemita. Israel puede anular la existencia de otros para construir su Estado, porque en verdad no los considera como otros iguales. Pero puede hacerlo, Israel puede ser racista y al parecer puede serlo porque ellos sufrieron el racismo o al menos esa sería la justificación. Dirán que esa era la tierra del pueblo judío hace 2000 años para anular la realidad de la colonización; imagino que muchos israelíes podrían preferir renegar esa realidad a sentirse culpables de racismo. Considerar las condiciones en que Israel comenzó a existir y ser veraz al respecto, es considerado una amenaza a la existencia de Israel y entendido de esta manera la amenaza de existencia de Israel es considerada antisemitismo. Si se reconoce la realidad de que fue una colonización: ¿Acaso no existe reparación posible? ¿Será posible que Israel exista y pueda además reparar? Escoger vivir en la renegación de una realidad no permite ninguna reparación porque nunca se hizo ningún daño.  Lo que estamos presenciando actualmente está en esa línea, Israel puede ser violento, cuán violento quiera porque sufrió de una violencia terrible en el Holocausto y ahora fue violentado horriblemente por Hamas. Israel desde que se creó sólo se considera a sí mismo como víctima, siempre reniega de su propia agresión.  Lo que vemos en la respuesta israelí al ataque de Hamas ha sido el refuerzo de una renegación que ya existía, la renegación del daño que Israel ha hecho durante la ocupación de Palestina, la renegación de que la "legítima defensa" no se aplica de la misma forma con un territorio ocupado, la renegación de que no es una guerra entre Estados y menos una contra todos los palestinos, a menos que se quiera considerar a todos los palestinos como terroristas. La justificación de que Hamas ocupa civiles palestinos como escudos no es suficiente para evitar protegerlos, el fin no justifica los medios. En psicología si una víctima de traumatización extrema nos asevera que tiene "licencia para matar a su agresor, a la familia del agresor y al pueblo en donde vive" entenderíamos que el dolor de la violencia recibida, aún cuando sea extrema, no exime a la persona  de la responsabilidad por su respuesta violenta: la Identificación con el agresor es un mecanismo de defensa conocido y no sorprende, ni siquiera es juzgable el odio que puede producir una agresión semejante, pero aun así la persona es responsable de sus actos si es adulto  y ha alcanzado el desarrollo ético necesario. La legítima defensa no puede estar por sobre las leyes, si lo está es un delito. 

El estado de Israel se ha esforzado por no diferenciar entre Antisemitismo y Antisionismo. La confusión incluso explota el traumatismo y el miedo del pueblo judío, porque cualquier crítica a Israel es sentida como un ataque a la identidad judía. No se puede criticar, ni los judíos ni menos un no judío y mucho menos un arábe "retrógrado" puede criticar al tan desarrollado y "democrático" estado de Israel. Los que se han esforzado por diferenciar entre Antisionismo y Antisemitismo son los que se esfuerzan por dejar claro que criticar a un Estado no es estar en contra su pueblo. Se imaginan que cuando criticamos al Estado militar y la dictadura en Chile hubiésemos sido tildados de anti- chilenos; que si ahora criticamos a Rusia fuésemos anti -rusos, o si criticamos a Irán pudiésemos ser tildados de anti-iraníes o si criticamos a Arabia Saudita fuésemos señalados como anti -saudíes ¿Qué libertad de expresión quedaría en pie con el argumento de que criticar las políticas de un Estado es ser racista?  Ahora existe preocupación por un aumento del Antisemitismo ¿tenemos certeza de que está bien diferenciado de qué se trata?   ¿Es Antisionismo o Antisemitismo como el que conocimos durante la Segunda Guerra Mundial? El problema es que Israel ha tratado el asunto como si fuese lo mismo ¿Es que acaso Israel no podría existir sin ser Sionista? ¿Podría tener leyes que no discriminen entre sus ciudadanos, terminar la ocupación de Palestina y seguir existiendo? ¿Es que Israel está amenazado de existir o es la existencia de Palestina lo que en realidad no ha sido reconocida? Por algo la solución de dos Estados ha vuelto a ser considerada en el discurso de algunos presidentes de Occidente. No es sostenible tapar el sol con un dedo. Las protestas civiles pro- palestinas están en ese contexto, tratar de censurarlas es continuar evadiendo una realidad. 

Para Edward Said criticar al Sionismo es fundamentalmente criticar un muro de negaciones e insiste en que la lucha entre los palestinos y el Sionismo se debe comprender como una lucha entre una presencia y una interpretación. El Estado de Israel se ha afirmado en la medida que ha negado a Palestina y a los palestinos. Nos recuerda a Golda Meir en 1969 afirmando que los palestinos no existían.  E. Said cita a Hanna Arendt: “… después de la segunda guerra mundial se resuelve la cuestión judía mediante un territorio colonizado y luego conquistado produciendo una nueva categoría de refugiados, los árabes…” (1979, p.45).

La Declaración de Balfour en 1917, consistió en una carta personal del Ministro de Relaciones Exteriores  británico dirigida a Lord Rothchild, representante de la Organización Sionista en Gran Bretaña, donde promete la creación de un hogar nacional judío en Palestina.  Se convierte en un documento oficial cuando aún Palestina está bajo control del Imperio Otomano, es decir consistió en una promesa que una potencia europea realiza a un grupo político extranjero  para ceder un territorio que no es propio y sin contar con la opinión de la población autóctona.  Edward Said cita a Theodor Herzl, fundador del Sionismo, quien en 1895 anotaba en sus diarios: “tendremos que hacer desaparecer a la población indigente a través de la frontera buscándole empleo en los países de tránsito, al tiempo que le negamos cualquier empleo en nuestro país. Tanto el proceso de expropiación como el de eliminación de los pobres deben realizarse de manera discreta y circunspecta” (Said, 1979, p. 125).

A esto agrega que la idea Sionista consiste en el reclamo de un territorio prometido en la Biblia por Dios al pueblo judío, que equivale a elevar a la categoría de universal un ideal etnocéntrico con el auspicio de la superioridad del hombre blanco que lo autoriza a usar el territorio de acuerdo con esos ideales. La colonización de Palestina era por y para los judíos, el desplazamiento de los palestinos estuvo considerado desde sus inicios buscando relatos que los anularan, intentando eliminarlos concretamente o subyugarlos. Nos deja claro que Israel no fue pensado como un estado para sus ciudadanos, sino un estado para todo el pueblo judío donde quiera que vivan, caracterizado con un tipo de soberanía sobre la tierra y las personas que ningún otro estado tiene. 

 Chaim Wiezmann, primer presidente del Estado de Israel, modifica la declaración de Balfour reemplazando “el establecimiento” de un hogar nacional judío en Palestina, por el “restablecimiento” del hogar nacional judío. De este modo se instala la renegación, se invierte y se reescribe la historia pues los israelíes no destruían una población autóctona ni la suplantaban, sino más bien eran los palestinos quienes rompían con la soberanía perdida del pueblo judío hacía dos milenios, algo que Said nos dice era difícil de percibir para los palestinos que llevaban siglos habitando esas tierras.

Como un modo de afirmar la presencia que se ha intentado negar, E. Said da cuenta de datos cuantitativos e históricos: “Filastin” (denominación en árabe de Palestina) se convirtió en un país con predominio árabe e islámico hacia finales del siglo VII. En 1516 se convirtió en una provincia del Imperio Otomano, pero eso no amenazó sus raíces, su fertilidad, su identidad árabe y musulmana. Las descripciones acerca de Palestina las encuentra en relatos de viajeros y científicos hasta el siglo XIX.  A partir de 1882 llegan colonos judíos a Palestina, que según fuentes israelíes no eran más de 24 mil, menos del 10% del total de una población árabe. Todos hablaban árabe, eran principalmente musulmanes sunní aunque una minoría era drusa, cristiana y musulmanes shii. Un 65% de la población se dedicaba a la agricultura, existía una clase intelectual y profesional, una pequeña industria y una fuerte conciencia nacional. La vida moderna, nos cuenta, se organizaba en torno a las mismas cuestiones de la independencia y anticolonialismo, teniendo que luchar simultáneamente contra el dominio otomano, el colonialismo sionista y el mandato británico. Hasta 1948 el 70% de la población era árabe y los judíos en ese año sólo poseían un 6% del territorio. 

En 1948, la creación del estado de Israel conllevó la Catástrofe o Nakba para los palestinos en tanto consistió en la destrucción de la sociedad y la expulsión de aproximadamente 800 mil palestinos de sus tierras, una limpieza étnica que inauguró la existencia de refugiados palestinos en Siria, Líbano y Jordania. Los refugiados fueron declarados por Israel como “propietarios absentistas” con el fin de expropiar sus tierras e impedir su retorno. Así se ha ido llevando a cabo la israelización del territorio al mismo tiempo que su desarabización. En 1948 los palestinos desaparecieron a nivel nacional y legal, reapareciendo jurídicamente como “no judíos” en Israel o como refugiados que más tarde adquirieron nuevas identidades árabes, europeas o americanas. Constata así que, si Palestina actualmente no existe, no es porque no existan palestinos, describiendo la realidad de un trauma nacional caracterizado por la desposesión, el exilio, la dispersión, un trato infra humano y la privación de derechos. E. Said cita al profesor Israel Shahak, quién señala que aproximadamente 400 pueblos fueron completamente destruidos “con sus casas, vallados y hasta tumbas y lápidas mientras que a los visitantes de paso se les decía que todo esto era desierto” (p.65). Tras la ocupación en 1967, Said comenta que según el Sunday Times de Londres del 19 de junio de 1977 "a fines de 1969 se habían arrasado 7.554 casas árabes y en agosto de 1971 demolido 16.212" (p.65). 

En Israel el trato hacia los palestinos se expresa a través de estados policiales, arrestos constantes sin cargo alguno y sin sentencias,  la ausencia de libertad de expresión, violaciones a los derechos humanos justificadas a través de “la seguridad nacional”. El Apartheid Sionista consiste no sólo en ver a los árabes como degradados, temibles, irracionales y brutales, sino que además busca reemplazar a los nativos por unos nuevos. La democracia en Israel implica que existe un Sionismo y un Israel para judíos, y otro para no judíos, construyendo un sistema legal que los separa. Los árabes están regidos por un gobierno con formas diferenciales de ciudadanía sin igualdad para judíos y no judíos.  La ley de retorno permite a un judío la entrada inmediata en Israel exactamente como le impide a un palestino volver a su hogar. Las incursiones israelíes han matado miles de civiles con el pretexto de combatir el terrorismo, sin embargo Said sostiene que el fundamento real es que como raza al palestino se lo ha convertido en un terrorista.

Luego de estas consideraciones hechas hace tantos años y conocidas por muchos, aún la situación del pueblo palestino es la misma al momento del ataque de Hamas a civiles israelíes. La consideración de no justificar la agresión de Hamas aún considerando el contexto en que se encuentra este problema histórico es algo correcto. El ataque a civiles por parte de Hamas no puede entenderse dentro de las acciones de resistencia legítimas a las políticas de ocupación. Pero no justificar la agresión no significa volver invisible aún más la situación en que se encuentran los palestinos por décadas hasta el día de hoy. Israel está acusado de Apartheid por Amnistía Internacional y por Human Right Watch ¿Dichas organizaciones serían también Antisemitas? No se sostiene. ¿Acaso no es bueno para el pueblo judío que Israel fuese una verdadera democracia sin Apartheid? ¿Puede existir Democracia y Apartheid al mismo tiempo?

A estas consideraciones se agregan otras preguntas que llevan a un escenario aún más difícil. Si los sionistas consideran que la única forma de no volver a vivir la violencia del Holocausto es construir un estado policial basado en la "seguridad nacional" para siempre, y si entienden por "seguridad nacional" a la permanente agresión ilegal y al no reconocimiento de los palestinos, vivirán posiblemente en una especie de pesadilla persecutoria que terminará generando lo mismo que evitan: mucha más inseguridad. La agresión para evitar ser nuevamente una víctima sólo permite moverse en el espectro binario propio de la identificación con el agresor, creando permanentemente otras víctimas y alejando con ello las posibilidades de terminar con el círculo de violencia. 

Por otro lado, otras consideraciones menos psicológicas y más mezquinas pueden ser posibles, que la acusación de antisemitismo sea utilizada como un modo de justificar la limpieza étnica del pueblo palestino para quedarse con todo el territorio y terminar de completar el proyecto Sionista. No creo que sea el caso de muchos judíos, pero dudo profundamente de las intenciones del Gobierno actual de Israel. No puede ser desestimado como antecedente el mapa de Israel borrando los territorios palestinos que Netanyahu mostró en la ONU con el nombre de "New Middle East",  cuando intentaba firmar acuerdos de normalización de relaciones con Arabia Saudita durante el mes de Septiembre de este año. 



BIBLIOGRAFÍA

1.- Said E (1979). La cuestión de Palestina. Barcelona: Ed.Penguin Random House, 2013.


Aclaración: Las columnas de opinion no representan necesariamente a la institución APSAN







Paula Zalaquett Rock

Psicoanalista, miembro de la Asociación de psicoanálisis de Santiago. Apsan.

Miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional. (IPA)

Post-título en Cultura árabe e islámica. Universidad de Chile.

Post-título en Sociedad y Política contemporánea árabe. Universidad de Chile.

19/11/2023

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1 Comment


Mark Wood
Mark Wood
Sep 28

hi

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